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miércoles, 26 de mayo de 2010

Lío de faldas de sacerdote pone en jaque a la Iglesia en Río San Juan




Río San Juan.- Las andanzas del sacerdote Orlando Frías tienen a la Iglesia Catolíca en problemas con sus feligreses en este municipio.

Según denuncias, más que por dar misas, el cura se ha dado a conocer como un Don Juan a quien no lo detiene edad ni estado civil de las féminas de Río San Juan, y los problemas le llueven a tal punto que un grupo de personalidades se ha avocado a pedirle a la alta jeraquía escleciásticas que lo saquen del municipio.

El más reciente incidente en el que se vio envuelto el padre Orlando ocurrió hace dos semanas cuando un joven profesional de la medicina habría roto a tiros los cristales del vehículo del cura al encontrarlo estacionado frente a su casa en horas de la madrugada.

El cura se querelló judicialmente contra el profesional, exigiéndole pagar cinco millones de pesos por daños y perjuicios, y precisamente este miércoles se está llevando a cabo una audiencia en la corte de Nagua para conocer el caso.

El profesional se niega a pagar, porque según versiones, todo ocurrió cuando al sospechar algo raro, el hombre se presentó a la casa de su esposa y encontró al cura adentro y su vehículo en el frente. Dicen que la mujer, de quien supuestamente está en trámites de separación, se negó a abrirle la puerta, y entonces, el hombre disparó en venganza contra el vehículo.

Y aunque un compañero del cura alega que el religioso dormía en su casa al momento en el que ocurrieron los hechos, son muchos los que viajaron a Nagua dispuestos a testifacar en su contra en el juicio de este jueves.

El tiroteo ha destapado una olla de grillos, ya que, según una fuente de entero crédito, más de 50 mujeres han dado testimonios sobre los avances amorosos del sacerdote, a quien acusan de acosarla sexualmente y usar palabras vulgares en sus pretensiones.

Incluso, versiones indican que hace un tiempo el Obispo de la zona tuvo que disponer el traslado de otro sacerdote a quien un pescador estuvo a punto de matar al confundirlo con el padre Orlando, quien supuestamente estaba molestando a su esposa.

Nacido en la sección del Jamo, del municipio de Cabrera, el sacerdote Orlando Frías es el cura párroco de la iglesia La Altagracia del barrio del Hospital, cuyo local se está reconstruyendo con donaciones y ayuda de los feligreses. Algunos residentes del barrio se muestran incrédulo de las acusaciones contra el cura y aún lo defienden.

Su obra contó en principio con el apoyo de connotadas personalidades del pueblo, quienes hoy, al escuchar testimonios de las afectadas, se han unido “para salvar la Fe de muchos devotos católicos en este municipio”, según dijeron.

Por eso, quienes antes lo alababan ahora le dicen horrores. Ya el grupo de personalidades entregó personalmente una carta al Obispo de San Francisco de Macoris, Monseñor Moya pidiendo investigar el caso, y entre la comisión que asistió se encntraban algunas de las mujeres afectadas, quienes dieron sus testimonios al jerarca escleciástico.

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