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martes, 3 de enero de 2012

Hipólito Mejía revela habló mentiras en discurso ante Asociación de Industrias de la República Dominicana



Hipólito Mejía en su comparecencia ante el almuerzo anual de aniversario de la Asociación de Industrias de la República Dominicana leyó un discurso de unos veinte minutos de duración.

Un discurso como este, escrito para ser leído, supone tanta importancia  que en su elaboración participan expertos en marketing político y campañas electorales, lo cuales  se ocupan de tener un producto final sin tachas, sin arrugas.


Pero, a pesar de todo el esmero que se ponga para que la pieza oratoria sea efectiva, hay un factor humano difícil de controlar: el orador.

No importan todos los expertos que hayan participado en la preparación de dicha pieza, a la hora de presentarla todo el esfuerzo hecho, técnico y profesional,  puede venirse abajo si quien pronuncia el discurso no es capaz de expresarlo con un nivel y un estilo que esten acordes con  lo escrito.

En el caso del discurso al que nos referimos hubo un alud, una pila dirían algunos ahora,  de mensajes no verbales que ponían en evidencia que quien estaba leyendo la pieza estaba mintiendo.

Se trata del lenguaje gestual, un conjunto de gestos y ademanes que de manera automática y sin que quien está hablando pueda evitarlo, dicen cosas diferentes a las que salen de la boca.

El lenguaje gestual difícilmente miente, pues sale del inconciente, del corazón, como un movimiento reflejo incontenible.

Veamos que dicen los expertos sobre los gestos específicos que suele hacer una persona que miente y que luego veremos en el video que presentamos al final, en el que podrá apreciar cómo Hipólito Mejía los pone de manifiesto.

La página de Internet “Dr. César Lozano, conferencias y seminarios de calidad” pora empezar, a este respeto plantea:


El video muestra a  Hipólito jugando, a falta de una pluma, con el borde del papel que contiene su discurso, lo dobla, lo endereza, vuelve y lo dobla, se le enreda entre los dedos, esconde la mano detrás del papel doblado, etc., son movimientos repetitivos, compulsivos, inconcientes que ocupan gran parte de la actividad no verbal del aspirante a presidente del país, por el PRD.

Sigue planteando la página otras conductas no gestuales que emite el que está hablando mentiras:

“Otra prueba contundente para descubrir a cualquier mentiroso es observar si sus palabras son incongruentes con sus movimientos y gestos. Por ejemplo, si el sospechoso vuelve la cabeza hacia el interlocutor pero su cuerpo apunta hacia el lado contrario o a la salida”.

En este sentido las acciones que Hipólito hace con las manos no son los típicos movimientos que un hablante o un orador hacen para darle énfasis a sus palabras, son gestos que no guardan relación con lo que está diciendo en ese momento. Además, nunca, o casi nunca mira al público, siempre mantiene la vista baja, el rostro oculto, refugiado en  su papel, y amasándolo.

Pero no  nos vamos a quedar con la caracterización de una sola autoridad en la materia, consultaremos otra, por ejemplo en la página “Orientación Sicológica Integral” se afirma sobre nuestro tema lo siguiente:

“- Hay un aumento significativo del movimiento de las manos hacia la cara, cuando nos sentimos dudosos, inseguros, exageramos o mentimos. La gesticulación del hombre resulta más fácil de detectar pues es más exagerada que la de la mujer y ellos la usan en mayor grado.

Entre estos gestos tenemos el frotarse los ojos y la nariz, tirarse de las orejas y rascarse el cuello.

Bill Clinton, por ejemplo, se tocó la nariz y la cara veintiséis veces delante del Gran Jurado mientras respondía a preguntas relacionadas con Mónica Lewinsky”

Mejía cumple con esta descripción a la perfección, usted verá en el video como recurre a tocarse los lentes una y otra vez.

Por otro lado, en el sitio Web “Sicología y autoayuda” sobre los gestos que delatan a una persona que miente se señala lo siguiente:

El mentiroso se sentirá incómodo al encarar a la persona que lo cuestiona y, por ese motivo, no te mirará a los ojos o mirará hacia otro lado

Como dijimos antes, Mejía casi nunca mira a su público, hasta tal punto que no parece darse cuenta de la existencia de la persona que se aproxima a él para pasarle  un vaso con agua y que tiene que retirarse, cabizbajo,  sin que este le haya dado una sola mirada, !nunca!. 

Un momento espectacular en este sentido es cuando éste termina su discurso y vuelve a la mesa de honor, donde los integrantes de la misma, en un gesto de respeto y cortesía lo esperan de pie, Hipólito va de prisa, casi los elude, los saluda, en vez del clásico apretón de mano, con el forder del discurso, con un toquecito rápido.

Ya es hora de ver el video. Mírelo con cuidado y saque usted sus propios juicios.

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