sábado, 2 de octubre de 2010
Ecuador, un día después
El secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, voló ayer hacia Quito, Ecuador, para respaldar al Presidente Correa. Mientras eso ocurría, los ocho muertos, incluido dos policías, eran sepultados en medio de un ambiente de tensión.
QUITO. AFP.- Ecuador pareció recobrar la calma ayer tras la rebelión de policías que dejó ocho muertos y 274 heridos, y que lo mantuvo en vilo a raíz del secuestro y posterior rescate militar del presidente Rafael Correa, quien estuvo retenido varias horas por sublevados en un hospital.
El país, que por orden del gobierno cumplía tres días de duelo, está bajo el estado de excepción que faculta a los militares a patrullar las calles, mientras los cancilleres de la Unasur expresaron su respaldo a Correa, quien enfrentó la mayor crisis política en casi cuatro años de gobierno.
. "Hay calma en el país y calma en los cuarteles de Policía", declaró a la prensa el ministro de Interior, Gustavo Jalkh, y agregó que la institución retomó sus actividades.
"Eso es lo que tiene que hacer, y con ese trabajo reconciliarse con la sociedad y el país al cual se debe", dijo el funcionario después de la insubordinación, en la cual participaron unos 600 policías -según el gobierno- y 2.300, de acuerdo con una fuente cercana a la protesta. El viceministro de Interior, Edwin Jarrín, manifestó a la AFP que "no hubo una rebelión de la Policía. Fue una sublevación de unos pocos" y apuntó que no hay detenidos a causa de la protesta, que se inició en Quito y se extendió a cuarteles de cinco de las 24 provincias del país. Durante la jornada, que revivió el fantasma de la inestabilidad política, hubo ocho muertos en Quito y Guayaquil: dos policías y seis civiles, según el más reciente balance del Ministerio de Salud. Entre los heridos, 25 se hallan en estado crítico, agregó..
Renuncia jefe Policía.- El general Fausto Franco asumió ayer el mando de la Policía de Ecuador en reemplazo de Freddy Martínez, quien renunció a raíz de la rebelión de uniformados que mantuvo secuestrado por varias horas al presidente Rafael Correa, informó el viernes el gobierno.
Franco fue designado por el presidente Rfael Correa, quien anunció una depuración de la Policía tras la revuelta que según el mandatario fraguaba un golpe de Estado, señaló el ministro de Interior, Gustavo Jalkh.
Fuerte condena de miembros Unasur
La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) condenó la sublevación en una cumbre presidencial convocada de urgencia en Buenos Aires, expresando "la necesidad de que los responsables de la asonada golpista sean juzgados y condenados". Además de los cancilleres del bloque sudamericano, Correa recibió el viernes la visita del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza. Los enfrentamientos a bala derivaron en críticas al Ejecutivo y a los insubordinados entre la población. "La situación fue grave y Correa tiene la culpa, pero la Policía hizo mal en dejar de patrullar y permitir que todo el mundo haga de las suyas", dijo a la AFP William Chichande, un vendedor de almacén que hizo alusión a algunos desmanes civiles. El presidente peruano, Alan García, expresó el viernes que su homólogo ecuatoriano "ha quedado vacunado" contra los golpes de Estado y enfatizó que "la democracia y el gobierno elegido por el pueblo han salido incólumes y fortalecidos en Ecuador".
Querían guerra civil.-
Correa dijo ante u cancilleres de Unasur que los sublevados que le mantuvieron retenido el jueves querían provocar una guerra civil en su país. Correa confirmó la muerte de cuatro personas en los enfrentamientos y dijo que hay un herido "prácticamente muerto", además de otro que ha quedado parapléjico, en una intervención en el Palacio presidencial.
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